LIGA SANTANDER

Dembélé riega la flor de Xavi

Dembélé
Dembélé
Guillermo Sáez

Al Barcelona de Xavi sigue progresando adecuadamente y ha recuperado la cuarta plaza después de golear al Athletic Club en el Camp Nou (4-0). Los goles del enrachado Pierre-Emerick Aubameyang, el perdonado Ousmane Dembélé, el clarividente Luuk de Jong y el recuperado Memphis Depay han cimentado la cuarta victoria consecutiva en la Liga del equipo azulgrana ante un rival que apenas inquietó y que resguardó a muchos titulares pensando en la semifinal copera.

Hace más de 20 años que el Athletic no gana en el Camp Nou, un estadio donde solo ha rascado un triste punto en sus últimas 18 visitas ligueras. Se prolongó la maldición para regocijo de un Barça que cierra una semana perfecta tras su clasificación en la Europa League y que vive su momento más dulce desde hace mucho tiempo. Ya está a un punto del Betis, pero tiene los mismos que el Atlético de Madrid y el Villarreal está a un solo triunfo de ambos. Una pelea que se barrunta encarnizada hasta el final del campeonato.

El Barcelona se encontró con la primera buena noticia antes del partido. Marcelino, con la mente puesta en la Copa del Rey, dejó la friolera de ocho titulares en el banquillo, incluido el capitán Muniain y los hermanos Williams. Por su parte, Xavi recuperaba a Dani Alves, concedía descanso a Frenkie de Jong y optaba por Sergiño Dest para circular por el carril izquierdo en lugar del sancionado Jordi Alba.

Es el Athletic uno de esos equipos que cambia radicalmente si juega en casa o a domicilio. En San Mamés se agiganta y engulle a cualquier rival, como bien demostró ante el Real Madrid o el propio Barça en la Copa. A domicilio muerde menos y se resguarda en torno a Unai Simón. Afeitado además por la alineación, la consecuencia lógica era que le entregara la posesión a su rival, que la acogió con su gusto habitual.

Desde que Xavi ocupa el banquillo culé, Pedri ha sumado a su talento natural una responsabilidad creciente en el juego. Lo sabe, pide la pelota y su entrenador la celebra. A su ritmo, el Barça cada vez circula mejor la pelota y eso se acaba traduciendo en ocasiones. Todo muy natural. La tuvo clarísima Gavi al cuarto de hora. Ferran Torres centró al punto de penalti y allí apareció el centrocampista para rematar. Acomodó mal el cuerpo y la mandó a las nubes con la pierna izquierda.

Después de muchos minutos sin oler la pelota el Athletic intentó estirarse y amenazó en un par de ocasiones a Ter Stegen con más intención que peligro. Cuando parecía sacudirse el dominio, encajó el primero. Gerard Piqué remató de cabeza en un corner, el balón se estrelló en el larguero y Aubameyang demostró su condición de cazagoles para anotar de media tijera antes de que el balón tocara el suelo. El africano ha caído de pie en el Barça. Tercer partido seguido marcando y su estreno el Camp Nou. Voltereta y alegría en el estadi.

Dembélé irrumpe como elefante en cacharrería

La primera mitad se cerró con codazo involuntario de Adama a Yeray Álvarez. El extremo le hizo una brecha al defensa. Ni tarjeta amarilla sacó Cuadra Fernández. A Marcelino le entraron nuevos agobios coperos y cambió en el descanso al propio Yeray y a Raúl García, mermado el segundo por un golpe en la nunca de Dani Alves. La sensación que flotaba era que, si el Barça anotaba el segundo, lo pondría el candado al encuentro. Inmejorable la tuvo Ferran Torres a la hora de juego: un mano a mano. Tiró al muñeco y el muñeco, léase Unai Simón, despejó, claro. El valenciano sigue sin transformar en goles su buen juego.

Xavi quería subir una marcha y metió en el campo a Frenkie de Jong y Ousmane Dembélé. El Camp Nou volvió a recibir con pitos al francés, que tenía 25 minutos por delante para convertirlos en aplausos, como ya hizo ante el Nápoles. Vaya si lo consiguió. Nada más entrar le llegó un balón dentro del área y se sacó un chupinazo con la izquierda que Unai Simón ni vio pasar por su palo. Entró por la escuadra. El indescifrable Dembélé corrió al banquillo para abrazarse con Gavi. Xavi le dio unas palmaditas en la cabeza. Quién sabe lo que habrá dentro.

Los 70.000 espectadores del Camp Nou pudieron respirar tranquilos y dedicarse a otros menesteres como corear el nombre de Pedri. El canario le hizo un caño a Balenziaga que el defensa del Athletic no olvidara mientras viva. De espaldas y pisando la pelota. Escandaloso. Soplan vientos nuevos en el estadio culé, donde después de tantos sufrimientos cualquier detalle es la excusa perfecta para celebrar.

La noche se terminó de redondear para el Barça con otros dos goles en los minutos finales, ambos servidos desde la banda derecha por un imparable Dembélé. El primero lo puso en la cabeza de Luuk de Jong, que peinó a placer. El segundo en boca de gol a Memphis Depay, que no pudo volver de mejor manera. El Mosquito picó y de qué manera al Athletic. ¿Servirá para que se replantee su futuro? Saberlo es más difícil que pronosticar el número del Euromillón. Es el único nubarrón latente de un equipo que ha conseguido abrir el cielo a base de goles: una docena en sus tres últimos partidos.

Lo último en Deportes

Últimas noticias